lunes, 22 de octubre de 2012

29

Le pareció extraño, que a pesar de que hacía ya tiempo que la conocía, aún siguiese viéndola como una extraña. Cada mañana la recibía con una gran sonrisa, sin embargo, aquel ensanchamiento de la boca, no estaba cargado de simpatía. Tampoco era rabia, ni indiferencia. Simplemente no mostraba ningún sentimiento, lo hacía por costumbre. Era una amiga de pocas palabras, pero cargadas de gran razón. Le gustaba describirse a sí misma de consciente, de creer conocer a todas las personas que en algún momento se habían cruzado con ella. Aquella pequeña muchacha de gran sonrisa, era una de ellas, pero sin embargo, a medida que pasaba el tiempo, sentía que se perdía algo. No es que ocultase parte de su personalidad, simplemente era una personita extraña, inteligente, a la que no le gustaba que se supiese mucho de ella.




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