viernes, 15 de febrero de 2013

32


No es la típica mañana de verano, en la que los pájaros cantan intentando sobresalir por encima del zumbido de las abejas. Ahora mismo, el viento sopla fuerte, intentando arrancar las hojas a los árboles, a pesar de no ser otoño. Caen pocas gotas de lluvia, y la pobre bicicleta roja chirría tirada sobre la tierra. Observo aburrida desde mi ventana, el jardín, seco.  

Apoyó mi naricita en el cristal, y el aire expirado marca una nubecilla. Hace frío. Estoy descalza, pero es una moqueta, y no me importa, pero está un poco áspera y pegajosa, porque se he caido el zumo de manzana. 

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