lunes, 27 de febrero de 2012

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Le gusta el olor de la hierba mojada. Sale al jardín, descalza. Y siente las gotas de lluvia caer sobre sus mejillas. Las siente frías, pero le gusta. Solo así se siente ella. Silencio, a pesar de la lluvia que moja las flores y resbala por las hojas de los árboles. A veces tiembla y siente escalofrios por la ropa mojada y fría que se pega a su piel. Pero es una sensación reconfortante.
A veces sube los escalones de piedra, descalza, y siente el frío. Le gusta. Pero nunca entra en casa. No. No le gusta ver la lluvia desde su ventana. Le gusta sentirla. Le gusta el caer de las gotas sobre su piel. El frío del suelo. De la tierra. De la piedra.

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